jueves, 4 de agosto de 2011

¿VALE LA PENA INVERTIR EN ORO?

El oro siempre ha sido una inversión segura, el metal sinónimo de riqueza y poder, por eso ahora el diario estadounidense The Wall Street Journal trata de determinar la trayectoria del desarrollo de los precios del metal y averiguar si la fiebre del oro ha llegado a su fin.
El futuro de este metal precioso es desconocido. Su reciente alza podría ser engañosa: el oro ha subido de unos 250 dólares por onza a 1.680 dólares y gran parte del auge de los últimos diez años ha sido simplemente una recuperación hacia promedios a más largo plazo, indica el rotativo.
Además, hasta ahora, el oro ha seguido la misma trayectoria que las dos anteriores burbujas —la locura tecnológica de los años 90 y la burbuja inmobiliaria que tocó techo en 2005–2006— por lo que su situación actual se podría comparar a la situación de la bolsa de valores automatizada Nasdaq en 1998 y a la del sector de la vivienda en 2003.
Cuando están en lo más alto de la burbuja, los analistas del sector en Wall Street se muestran generalmente optimistas. Pero esta vez, según Thomson Reuters, de los analistas que siguen al gigante minero del oro Barrick Gold, sólo cerca de dos tercios creen que su cotización continuará al alza. Según los estándares de Wall Street, es una perspectiva cauta. Entre aquellos que cubren Newmont Mining y Randgold Resources, esta opinión se reduce a casi la mitad.
Sin embargo, el oro tiene una historia que grita "esta vez es diferente". Los bancos centrales del mundo están inyectando liquidez en los mercados y eso debería inevitablemente devaluar las monedas. Pero el oro es la única "moneda" que no se puede emitir.
La situación internacional actual podría desatar otra fiebre del oro como la de los años 70, cree Dylan Grice, estratega de SG Securities en Londres. Al igual que ahora, el mundo perdió entonces la confianza en el dólar como depositario de valor y los bancos centrales comenzaron a acaparar oro. Hoy, anota, son ellos los principales compradores de oro por primera vez desde 1988.
Y aunque el oro ha subido mucho, también lo ha hecho el suministro de dinero estadounidense. Grice calcula que incluso a los precios de hoy en día, el oro que el gobierno estadounidense almacena en lugares como la base militar del Ejército de los Estados Unidos ubicada en el estado de Kentucky, Fort Knox, apenas podría respaldar el 15% de la base monetaria estadounidense, lo que es casi su nivel más bajo.
En el cénit de la 'oromanía' de 1979–1980, los precios del oro subieron tanto que el respaldo superó el 100%. ¿Cuánto más tendría que subir el oro para que esto volviera suceder? Hasta unos 6.300 dólares la onza, sostiene Grice.
Pero el principal 'dinero hecho por Dios', no ha decepcionado a nadie. El Consejo Mundial del Oro (WGC, por sus siglas en inglés) espera que la demanda crezca aún más en lo que queda de año, impulsada por el alza de la demanda de joyería en China e India y por el aumento de la inversión en esta materia prima en Europa y Estados Unidos.
La inversión en oro es una apuesta especialmente segura en el contexto actual de inestabilidad económica, de riesgo soberano y de amenaza de una segunda recaída en la recesión, recuerda este organismo en su último informe.
El mercado de metales en lo que va del año mantiene una tendencia ascendente. En tanto, la plata sigue el mismo rumbo

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