jueves, 18 de agosto de 2011

El real y la soja, son vías de contagio de la crisis para Argentina


Distintos analistas consultados por el diario El Cronista coincidieron en recordar que el último gran crack bursátil posterior a la quiebra del banco de inversión estadounidense Lehamn Brothers en 2008 trajo consecuencias a la Argentina por el lado de su competitividad con Brasil.


La debacle que vivien los mercados pueden afectar a la Argentina por varios frentes. El riesgo de una repetición de la devaluación del real brasileño y una posible caída en la demanda internacional de los commodities, entre ellos la soja, son los principales temores que genera la incertidumbre y caída en las bolsas a nivel mundial. Tendencia que, de agudizarse, podría abrir una segura sequía en los mercados de capitales a la hora de financiar la producción.
Distintos analistas consultados por el diario El Cronista coincidieron en recordar que el último gran crack bursátil posterior a la quiebra del banco de inversión estadounidense Lehamn Brothers en 2008 trajo consecuencias a la Argentina por el lado de su competitividad con Brasil y la caída de los precios y la demanda de sus principales comodities.
El shock de septiembre de 2008, y la huida en masa de los inversores en dirección al dólar, devaluó la moneda brasileña alrededor del 40% en pocos meses, encareciendo los productos argentinos en términos comparativos.
“Brasil se puede desacelerar como resultado del deterioro de la economía americana y del sistema financiero europeo”, comentó Miguel Kiguel, titular de Econviews. “La desaceleración reduciría la demanda de los bienes que exportamos a ese mercado. Además, si los inversores abandonan los mercados emergentes el real puede volver a devaluarse, quizás no tanto como en 2008 pero si en esa misma dirección”, añadió.
“Desde el 2008 que no se ve un situación financiera internacional tan compleja. Pero ahora no tenemos superávits gemelos, ni colchón cambiario”, concluyó Kiguel.
La otra gran vía de contagio sería el gran tractor de la economía nacional y mascarón de proa del “viento de cola” que acompañó a las dos administraciones kirchneristas: el alto precio de los commodities.

Fuente: mdzol.com

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