Una crisis económica siempre ha sido una noción ambivalente que rinde beneficios a unos y priva de todo a muchos otros. España cayó victima de la recesión global y tiene que enmendar su constitución, mientras el oro se transformó en un refugio seguro para los inversionistas y parte de su población lo vende para subsistir.
El Senado de España votará en el pleno la reforma constitucional sobre el límite del déficit presupuestario. La Cámara Alta ha rechazado la propuesta de los sindicatos y otros grupos opositores de celebrar un referéndum para decidir sobre la medida.
La crisis económica del 2008 hirió la economía del país, lo que le hizo introducir elementos disuasorios para no enfrascarse en deudas. Pero es sólo lo que salta a la vista, porque hasta en tiempos de crisis hay segmentos que sí prosperan.
El oro vuelve a brillar en todo su esplendor paradójicamente gracias a la crisis económica. Las casas de compra-venta se multiplican. Solo en Madrid han pasado de unos 200 establecimientos a casi 700. Vender oro al peso se ha convertido en una tónica habitual para muchas personas que no llegan a fin de mes.
“He venido a vender unas piezas de oro, un cordón, un anillo y una medalla. Te tienes que deshacer de ellas porque te vienen los pagos y antes de irte a robar pues de esta manera. Pagar el recibo del agua, del gas, de la luz y comer, es lo que voy a hacer”, dijo una joven que vende oro.
El oro, ahora se paga bien y se vende mejor. La mayoría de los clientes va de una tienda a otra en busca de la mejor tasa. En su mayoría, los vendedores afirman que lo hacen por necesidad y para tapar las deudas de sus economías domésticas.
Además la compra-venta a veces se realiza, según la Unión de Consumidores, en condiciones poco recomendables. La falta de una regulación de este negocio y la abundancia de lugares en los que no siempre se ofrecen garantías suficientes para una operación "transparente" son las mayores barreras que se encuentran los necesitados clientes.
Tal es el número de nuevos establecimientos, de transacciones comerciales y tan fácil parece la obtención de riqueza a través de este negocio, que muchos especialistas denuncian falta de profesionalidad en el sector.
Es verdad que en este boom ha comenzado, se han metido en él personas que no eran profesionales. El perfil de cliente ha variado mucho. Antes venían muchos inmigrantes con incluso con dientes de oro y ahora hemos llegado a ver empresarios con joyas importantes
Las tiendas de compraventa son ahora un tipo de empresas intermediarias. Desde ellas se vende el precioso metal a una fundición de Suiza y, transformado en lingotes se pone de nuevo en el mercado para satisfacer a los inversores. Sin embargo, los expertos aconsejan prudencia.
”Lo que no recomendaría es especular con oro, se están devaluando las divisas frente al oro. Hemos pasado de una economía real a una economía basada en el endeudamiento y la especulación”, destacó Marion Mueller, analista oro y finanzas.
Es una forma fácil y rápida de conseguir dinero, de ahí que goce actualmente de gran popularidad. Mientras unos se deshacen del oro que tienen en sus casas por un puñado de euros, otros ansían en invertir en ello. Su precio ha aumentado enormemente y la onza está llegando a máximos históricos que rondan los 2.000 dólares.
Para frenar la especulación de algunos, se proponen medidas como elevar un 27% las comisiones para poder invertir en el futuro del metal. Con esto quizá se podría evitar que explote la burbuja creada alrededor de este negocio, que sin duda para unos pocos (tal y como dice el cuento) se ha convertido en la auténtica gallina de los huevos de oro.
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