El mayor consumidor del mundo de materias primas clave está a dieta.
Las últimas cifras sobre el comercio exterior de China muestran que las importaciones se sostuvieron en septiembre, con pocos cambios en los volúmenes de las principales materias primas en relación con agosto. Pero frente a los detalles mensuales, el 2011 no es un año sólido: las importaciones de cobre y soya han caído frente al 2010, mientras que el crecimiento de las importaciones de petróleo ha descendido abruptamente.
Sin embargo, lo peor puede estar por venir: la sobrecapacidad en el sector inmobiliario local y la caída en la demanda de bienes chinos en el exterior -las exportaciones cayeron en septiembre por segundo mes- sugieren tiempos difíciles en el futuro.
Aún no hay que entrar en pánico. La economía china no está a punto de frenarse en seco y la mayoría de los economistas prevé un crecimiento del PIB de cerca del 9% en el 2011 y del 8% en el 2012. Pero incluso una moderación en el crecimiento es problemática para los mercados de materias primas mundiales, que asumen que la demanda china continuará creciendo a un ritmo rápido.
La Agencia Internacional de Energía proyecta que la demanda china de petróleo crecerá un 5,2% en el 2012. Con un aumento de apenas el 4% en las importaciones de crudo en los primeros tres trimestres del 2011, las proyecciones de una desaceleración del crecimiento del PIB en el 2012 y las previsiones del próximo plan quinquenal -que requiere una reducción en la intensidad de la energía por unidad de PIB-, esa proyección para el petróleo parece ser optimista.
Si se reduce la proyección de la AIE en dos puntos porcentuales esto significaría que el crecimiento de la demanda mundial de petróleo podría caer en 200.000 barriles por día, el equivalente al 15% del aumento esperado actualmente. Debido a que se espera que la oferta aumente una vez que Libia se estabilice, cualquier incremento en el petróleo que vaya a los inventarios ejercerá presión sobre los precios del crudo Brent en particular.
De manera similar, luego de un informe de ganancias poco alentador, Alcoa dijo esta semana que espera que la demanda de aluminio crezca lentamente en el segundo semestre. Pero, pese a eso, supone que el consumo chino crecerá un 10%, contrarrestando las caídas en mercados occidentales clave.
Los productores de materias primas no pueden depender del tipo de estímulos que impulsaron la demanda china en el 2009. La alta inflación y las deudas tomadas por los gobiernos locales reducen el panorama para que Beijing realice otro gasto de ese tipo.
El gobierno parece genuinamente comprometido a construir viviendas más asequibles y ya comenzaron los trabajos en el 98% de las 10 millones de viviendas asequibles planeadas para el 2011, mientras que se planean otras 10 millones de unidades para el 2012. Pero eso sólo contrarresta una desaceleración en el desarrollo privado.
Los optimistas de las materias primas destacarán que China es un consumidor estratégico, y que los precios más bajos posiblemente tienten a los compradores chinos a buscar gangas. Hay señales de que eso ya podría estar sucediendo en los mercados de cobre, donde los precios han repuntando ligeramente desde los mínimos cercanos a los US$3 la libra de comienzos de mes.
Además, el aumento estructural de la demanda china por materias primas agrícolas, como la soya, está impulsado por los crecientes ingresos y la demanda de una dieta alta en proteínas. Es poco probable que esa situación se vea demasiado perjudicada por los cambios cíclicos en las exportaciones y el mercado inmobiliario.
Pero para los materiales industriales, la perspectiva de una desaceleración cíclica en la demanda china de los próximos meses es real. Después de años en los cuales China engulló los recursos mundiales a un ritmo acelerado, las señales de una reducción en su apetito dejará a los optimistas de las materias primas con el estómago revuelto.
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