Publicado: 04 jul 2011
A mediados de julio en los EE. UU. entrará en vigor una ley que prohíbe cualquier tipo de transacciones extrabursátiles con valores, lo que se percibe como la reforma más revolucionaria de la historia financiera estadounidense. La Ley Dodd-Frank está dirigida contra los especuladores, y las consecuencias de su adopción podrían resultar en el hundimiento de los precios del petróleo.
El documento es una respuesta del Gobierno del presidente Barack Obama a la crisis de 2008. Se cree que este es el mayor cambio en la regulación financiera de EE. UU. desde la Gran Depresión.
La esencia de la ley consiste en que toda operación con valores, metales preciosos y contratos únicamente podrá realizarse a través de la bolsa de valores. El comercio de los derivados financieros en el mercado extrabursátil se considerará ilegal.
La Ley Dodd-Frank está destinada a reducir los riesgos del sistema financiero. El documento ofrece a los reguladores amplios poderes para supervisar a los bancos e instituciones financieras, así como el derecho a liquidar las entidades prestamistas con problemas. De este modo, se introduce la supervisión general del mercado de valores, así como un mecanismo para la identificación de organizaciones que pongan en peligro las actividades de todo el sistema financiero.
El documento designa tres nuevas instituciones reguladoras: el Consejo para el Seguimiento de la Estabilidad Financiera, la Agencia para la Protección de los Consumidores de Servicios Financieros y el Comité de Asesoría sobre la Protección de los Inversores, afiliado a la Comisión de Bolsa y de Valores (SEC).
La ley desencadenadó un aluvión de críticas por parte de los participantes del mercado de valores, inversionistas, instituciones financieras y expertos. Por ejemplo, el ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan considera que el mayor proyecto de regulación financiera de la historia de EE. UU. podría provocar “la mayor distorsión en la regulación del mercado” de los últimos 40 años.
Algunos expertos predicen que con la entrada en vigor de esta ley, los precios del petróleo podrían bajar de forma espectacular. Diferentes analistas estiman el componente especulativo en el coste del combustible en un 20-30%. Es lógico que este componente pueda desaparecer si se prohíben los futuros en el mercado extrabursátil.
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