viernes, 9 de diciembre de 2011

PREPARADO Y ARMADO: EL MUNDO FINANCIERO PRESIENTE EL COLAPSO DE LA ZONA EURO

Publicado: 09 dic 2011 
Pese a los esfuerzos por estabilizar la situación económica en la zona euro emprendidos en la cumbre en Bruselas, los bancos centrales europeos trazan planes en secreto para un retorno a las monedas nacionales.

Los bancos ponen los pies en polvorosa
Mientras que los líderes de la UE están tratando de encontrar una salida, los bancos centrales regionales en Europa contemplan vías de retirada para protegerse de los posibles efectos de una disolución del bloque, afirman fuentes citadas por 'The Wall Street Journal'.
Los expertos indican que este caso parece un manual de supervivencia en el mundo post-apocalíptico. Así, los reguladores de Irlanda y Grecia ya están seriamente preocupados por la posibilidad de imprimir un gran número de billetes en moneda local en un breve plazo.
Pero la posibilidad de utilizar monedas distintas al euro lo están considerando no solo los miembros de la zona euro, sino también los bancos centrales de los países que aún no están incluidos en la unión monetaria.
Las más notables aquí son las acciones de las autoridades suizas, que quieren prevenir el éxodo de los inversores al franco suizo en caso de la caída de la zona euro y el siguiente salto de la divisa nacional. 
En este sentido, se ha establecido un grupo especial de expertos para estudiar la posibilidad de introducir tasas de interés negativas y el control de los movimientos de capitales. El uso de tasas de interés negativas estipula impuestos sobre los depósitos extranjeros mantenidos en francos.
Los inversores particulares tampoco descartan la desintegración de la zona euro, por ejemplo, a mediados de esta semana el banco JP Morgan aconsejó a sus clientes que se protegieran contra la caída de la divisa europea, a pesar de que el banco considera que la probabilidad de que esto suceda es tan solo del 20%.
¿Es el euro eterno?
Sin embargo, a pesar de las declaraciones de que la cumbre en Bruselas determinará la trayectoria del futuro funcionamiento del euro, muchos expertos lo ponen en duda.
“El euro tiene una mala interpretación. Para empezar, países como Grecia y Portugal no tendrían que haber entrado”, dijo Nigel Farage a RT, eurodiputado y líder del partido Independence del Reino Unido.
Y las medidas que se están tomando ahora no hacen nada para resolver “el problema fundamental de que Alemania y Grecia no pueden vivir juntos dentro de una unión económica y monetaria única”, agregó.
“Si usted está atascado en un mal matrimonio lo mejor que se puede hacer es terminar con el matrimonio y empezar de nuevo y no veo ninguna esperanza para la economía griega atrapada dentro de esta prisión económica que se llama el euro”, concluyó Farage.
"Es poco probable que los líderes de la UE sean capaces de llegar a un acuerdo para modificar los documentos básicos esta semana. Además, creemos que los mercados se muestran demasiado optimistas acerca de la intensificación del apoyo por parte del BCE si se alcanza el consenso. Todo esto ocasionará un sentimiento negativo en el mercado, la única pregunta es cuándo exactamente esto va a suceder", consintió a su vez el analista de Standard Bank Steve Barrow citado por RBC Daily.
Francia y Alemania, perpetuamente adictos al euro
Mientras tanto no todos comparten la opinión del colapso de la moneda única. Entre sus partidarios destacan los líderes de Francia y Alemania, aunque ellos mismos advierten que el destino del euro pende de un hilo. Ambas naciones se manifiestan categóricamente a favor de una reforma de la zona euro que conduzca a una unión más estrecha entre los países miembros. Esta medida también aumentaría las facultades de las instituciones europeas para imponer castigos más severos a las naciones infractoras de las políticas presupuestarias.  
Cuando se implementa la política de multar a un país inclumplir las nuevas reglas del endeudamiento y el déficit, básicamente se trata de penalizar a un país que ya está en bancarrota. Y esto es un contrasentido. 
De cualquier modo todas las partes son conscientes de que reformar la zona euro es un proceso largo y difícil. Exigiría de sus participantes muchas concesiones e incluso, sacrificios.

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