Mientras el sector empresarial abandona el barco de un euro que se va a pique, a un simple mortal europeo no le quedan muchas opciones frente a la situación económica actual que presagia una crisis más profunda.
Preocupados por la incapacidad de los políticos de Europa para controlar la propagación de la crisis de la deuda soberana, los ejecutivos de negocios se sienten obligados a proteger a sus empresas frente a un fallo “inminente”.
Los fabricantes de automóviles, los grupos productores de energía, las empresas de bienes de consumo y otras multinacionales emprenden esfuerzos para minimizar los riesgos mediante la colocación de las reservas de efectivo en inversiones seguras y control de los gastos no esenciales. Por ejemplo, el grupo de ingeniería, Siemens, creó su propio banco para depositar fondos en el Banco Central Europeo, indica The Financial Times.
Otros, están consultando opiniones de expertos sobre las consecuencias jurídicas de una descomposición de la zona euro para los contratos de comercio transfronterizo y acuerdos de préstamos.
Algunos ejecutivos franceses, italianos y españoles tienen planes en marcha para afrontar fuertes turbulencias financieras y económicas, pero no específicamente para la salida del euro. Ellos consideran que el principal riesgo es que la estabilidad de la región se vea aún más amenazada si las compañías contemplan lo peor.
¿Quién tiene la culpa y qué hacer?
Mientras tanto, la Unión Europea (UE) entra en un período crítico de 10 días para completar su programa de respuesta global a la crisis de deuda en la eurozona y la estabilización de la moneda única europea. Esta declaración fue hecha en Bruselas por el comisario europeo de Asuntos Económicos y de Política Monetaria, Olli Rehn.
José Antonio García Rubio, secretario de Economía de la coalición española "Izquierda Unida", considera que las mediadas actuales tomadas por los líderes europeos no son eficaces.
“… muchas medidas que se han tomado para salir den la crisis duran muy poco tiempo en términos de su efectividad y cada vez es menor”, comentó a RT.
Tanto la preservación como al renuncia al euro costará caro. Según diversas estimaciones, la suma pueda alcanzar 1 o 2 billones de euros en el transcurso de varios años.
Pero, ¿cuál es la escala real del desastre en la zona del euro? Según los indicadores oficiales, es comparable con la de otras regiones ricas. El total de la deuda nacional de la zona euro (90% del PIB) es menor que en EE. UU. (100% del PIB) y que en Japón (250% del PIB).
El déficit presupuestario actual, incluso en los países europeos más problemáticos es muy similar a Estados Unidos y Japón (alrededor del 10% del PIB).
Pero según diversos analistas, el problema no está en las cifras, sino en los mecanismos diseñados en forma incorrecta y utópica que resultan en incumplimiento de las reglas y la crisis de confianza.
Grecia muestra su descontento
Los principales sindicatos de Grecia -la Confederación General de Trabajadores (GSEE) y la Confederación de Asociaciones de Funcionarios (ADEDY)- no avizoran nada bueno y convocan una protesta general contra las nuevas medidas de ajuste que deterioran la situación de los griegos ya sometidos a una oleada de recortes.
Las manifestaciones afectan a la administración pública y municipal, empresas públicas de electricidad y comunicaciones, escuelas, bancos, hospitales y el transporte, cuyo funcionamiento queda interrumpido. Este es la primera huelga general convocada desde que el gobierno de unidad nacional asumió el poder el mes pasado.
“Las políticas de recortes y las políticas de austeridad desde nuestro punto de vista son precisamente las contrarias a las que sería necesario tomar para salir de la crisis… Nosotros creemos que hay que estimular la demanda y eso no es lo que están haciendo”, dijo José Antonio García Rubio, secretario de Economía de la coalición española "Izquierda Unida".
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