La derecha volverá a gobernar España y lo hará con mayoría absoluta, pero en una época nada fácil. Entre los desafíos pendientes que el nuevo Gobierno tendrá que afrontar están la deuda estatal que pone a la cuarta economía más grande de la zona euro al límite del rescate, un desempleo galopante y un fuerte descontento social.
Mariano Rajoy: "No hay que esperar milagros"
Al haber elegido a su nuevo Gobierno, los españoles le piden que “intente sacarlos de la crisis". En los carteles que utilizan para exteriorizar sus reclamos, solicitan “dinero”, “eficiencia”, “trabajo”, “honestidad”, “educación” y “paz”. Al líder del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, le piden que "salga y vea cómo está el pueblo". "Realmente estamos en una situación fiscal insostenible a corto y a largo plazo. Es una población que está envejeciendo deprisa, las pensiones pesan cada vez más. Van a ser años los que vamos a tardar en salir de esto”, comenta Gayle Allard, profesora de Economía del Instituto de Empresa (Madrid).
Ante la incertidumbre de si se logrará rescatar al sistema, Rajoy opta por la prudencia: "No hay que esperar milagros porque estamos ante la situación más delicada en 30 años". Al PP le tocará adoptar medidas de austeridad económica todavía más severas de las que ya han aplicado los socialistas y, dadas las circunstancias, es muy probable que el descontento entre la población solo vaya en aumento.
Las medidas de ajuste pueden causar aun “más desempleo”
Las medidas de ajuste pueden causar aun “más desempleo”
“Las políticas de austeridad y recortes, que se están recomendando desde Bruselas, no contribuyen precisamente a crear empleo”, expresa José Antonio García Rubio, secretario general de Economía y Trabajo de Izquierda Unida (IU). Su mayor preocupación es que las medidas de ajuste conduzcan a “disminuir el gasto público, disminuir el consumo” y, respectivamente, “disminuir la inversión”, lo que en consecuencia, causará aun “más desempleo”.
Pero el reto de España hoy en día no es solo la crisis dentro del país. Según subraya el presidente francés Nicolás Sarkozy en la carta de felicitaciones que le dirigió a Rajoy, a los Gobiernos de Europa les toca ahora aportar “una respuesta eficaz y creíble destinada a restaurar la estabilidad monetaria y el crecimiento económico” en toda la zona euro.
Pero el reto de España hoy en día no es solo la crisis dentro del país. Según subraya el presidente francés Nicolás Sarkozy en la carta de felicitaciones que le dirigió a Rajoy, a los Gobiernos de Europa les toca ahora aportar “una respuesta eficaz y creíble destinada a restaurar la estabilidad monetaria y el crecimiento económico” en toda la zona euro.
¿Crisis = a cambio de Gobierno?
El reemplazo de la izquierda por la derecha en España es el tercer cambio de gobierno en Europa desde principios de noviembre. Las prácticas de los últimos años muestran que cualquier partido gobernante -sea progresista o conservador- puede perder el poder ante una profundización de la crisis económica.
En las elecciones de mayo de 2010, el partido laborista del Reino Unido tuvo el peor resultado desde 1983 y cedió ante los conservadores. Así, David Cameron ‘sustituyó’ a Gordon Brown. En octubre de 2010 en Holanda el democristiano Jan Peter Balkenende perdió el apoyo en el Parlamento y, por primera vez en 92 años, un liberal, Mark Ruttese, se quedó con el poder.
En febrero de 2011, los comicios en Irlanda acabaron con el liderazgo del Fianna Fáil, el partido liberal que dominó la arena local desde 1932, es decir, a lo largo de toda la historia de Irlanda independiente. La ‘intervención’ del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Central Europeo (BCE) en la economía irlandesa en 2010 le costó un 75% de los votos de sus simpatizantes. Tras haber sido la primera fuerza política de la región pasó a ubicarse tercera, mientras que la mayoría de los votantes optó por Fine Gael, un partido de centro progresista ‘parecido’ a los demócrata cristianos.
En junio de 2011, le llegó la hora al socialismo portugués. En su peor momento en 20 años, obtuvo apenas el 28% de los votos. El centroderechista Pedro Passos Coelho –del Partido Popular Democrático de Portugal– sucedió al socialista José Sócrates, quien había renunciado a su puesto de primer ministro en marzo, tras no haberse aprobado en el Parlamento sus medidas de ajuste económico.
En septiembre de 2011 fue el turno de Dinamarca. Los votantes acabaron con una década de gobiernos de centroderecha apoyados por el Partido Popular. Con el 50,3% de los votos, el bloque de centroizquierda llegó al poder.
A mediados de noviembre prestó juramento en Grecia el nuevo Gobierno de coalición encabezado por Lucas Papademos. El ex vicepresidente del BCE sucedió en el puesto de primer ministro alsocialdemócrata Yorgos Papandreu, quien dimitió bajo la presión de los líderes de la Unión Europea que le exigían medidas más severas de ajuste a cambio del rescate financiero del país.
Con unos días de diferencia, presentó su renuncia el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, líder del partido Pueblo de la Libertad, de derecha liberal. El Parlamento había apoyado el paquete de medidas anticrisis que sometió a votación, pero sin la mayoría absoluta. El poder pasó a manos de un Gobierno de transición, encabezado por el ex comisario europeo de Mercado Interior y de Competencia Mario Monti.
El caso de España no hace más que confirmar esa tendencia.
El reemplazo de la izquierda por la derecha en España es el tercer cambio de gobierno en Europa desde principios de noviembre. Las prácticas de los últimos años muestran que cualquier partido gobernante -sea progresista o conservador- puede perder el poder ante una profundización de la crisis económica.
En las elecciones de mayo de 2010, el partido laborista del Reino Unido tuvo el peor resultado desde 1983 y cedió ante los conservadores. Así, David Cameron ‘sustituyó’ a Gordon Brown. En octubre de 2010 en Holanda el democristiano Jan Peter Balkenende perdió el apoyo en el Parlamento y, por primera vez en 92 años, un liberal, Mark Ruttese, se quedó con el poder.
En febrero de 2011, los comicios en Irlanda acabaron con el liderazgo del Fianna Fáil, el partido liberal que dominó la arena local desde 1932, es decir, a lo largo de toda la historia de Irlanda independiente. La ‘intervención’ del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Central Europeo (BCE) en la economía irlandesa en 2010 le costó un 75% de los votos de sus simpatizantes. Tras haber sido la primera fuerza política de la región pasó a ubicarse tercera, mientras que la mayoría de los votantes optó por Fine Gael, un partido de centro progresista ‘parecido’ a los demócrata cristianos.
En junio de 2011, le llegó la hora al socialismo portugués. En su peor momento en 20 años, obtuvo apenas el 28% de los votos. El centroderechista Pedro Passos Coelho –del Partido Popular Democrático de Portugal– sucedió al socialista José Sócrates, quien había renunciado a su puesto de primer ministro en marzo, tras no haberse aprobado en el Parlamento sus medidas de ajuste económico.
En septiembre de 2011 fue el turno de Dinamarca. Los votantes acabaron con una década de gobiernos de centroderecha apoyados por el Partido Popular. Con el 50,3% de los votos, el bloque de centroizquierda llegó al poder.
A mediados de noviembre prestó juramento en Grecia el nuevo Gobierno de coalición encabezado por Lucas Papademos. El ex vicepresidente del BCE sucedió en el puesto de primer ministro alsocialdemócrata Yorgos Papandreu, quien dimitió bajo la presión de los líderes de la Unión Europea que le exigían medidas más severas de ajuste a cambio del rescate financiero del país.
Con unos días de diferencia, presentó su renuncia el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, líder del partido Pueblo de la Libertad, de derecha liberal. El Parlamento había apoyado el paquete de medidas anticrisis que sometió a votación, pero sin la mayoría absoluta. El poder pasó a manos de un Gobierno de transición, encabezado por el ex comisario europeo de Mercado Interior y de Competencia Mario Monti.
El caso de España no hace más que confirmar esa tendencia.
Fuente: RT.COM
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