CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Finalmente y tras 13 horas de negociaciones, Grecia ha conseguido su segundo rescate con el que evita la suspensión de pagos desordenada del próximo 20/03 de marzo y suficientes créditos como para no llegar a la quiebra soberana.Eso si, no le salió gratis ni mucho menos.
A partir de ahora, todo gasto se verá controlado de forma draconiana ya que se deberá cumplir a la letra el programa de recortes y reformas impuesto por la “troika” y acordado por los 2 partidos gobernates.
El primer ministro, Lukás Papadimos, indicó en la madrugada de este martas (21/02) que se trataba de un “acuerdo histórico para la economía griega con el que tendremos ahora la capacidad de progresar con estabilidad, de poner límites a la incertidumbre que ha influido negativamente la actividad económica y de aumentar la confianza en la economía griega para mejorar sus perspectiva”.
Y anunció lo que todo griego esperaba oir: “El nuevo programa tiene elementos que ayudarán a mejorar la competitividad y crear condiciones para llevar a un crecimiento sostenido y la creación de nuevos puestos de trabajo”. Mas de un millón de griegos está desempleado, el paro supera el 21% (y entre los jóvenes alcanza el 45%).
Grecia recibirá 130.000 millones de euros y los acreedores aceptan una condonación del 53,5% de la deuda griega mientras que el Banco Central Europeo cederá los beneficios sobre los bonos griegos en su posesión a los bancos centrales nacionales de la eurozona. Ello reduce los intereses sobre el préstamo a Grecia, reduciendo la deuda helena, que sería del 120,5 % del PIB hasta 2020, mas cercano al objetivo de la eurozona de 120%.
¿Hay motivos para alegrarse? Para Michael Schuman, de Time, la respuesta es no: trás largos meses de retrasos, argumentos y contrargumentos, dudas y desconfianzas, los ministros de finanzas de la eurozona acordaron los ministros un segundo rescate a Grecia por el equivalente a US$ 170 mil millones en las primeras horas de la mañana de este martes (21/02). El acuerdo no sólo proporcionará aire fresco para el gobierno tecnócrata, sino también el tan necesario alivio de la deuda. Una parte considerable del nuevo paquete de rescate será utilizado para apoyar una restructuración de US$ 265 millones de dólares de la deuda soberana griega, en la que los acreedores privados se llevarán una pérdida mayor a la esperada en un canje de sus tenencias actuales de bonos por otros a más largo plazo. Este rescate también incluye fondos para recapitalizar el prácticamente destruido sistema bancario griego. Sin embargo, quedan aun algunos obstáculos por sortear: el rescate debe ser aprobado por los 17 países de la eurozona. Si se logra eso, se alejarían los recurrentes temores al default griego.
La gran pregunta que queda, sin embargo, es, si esto es definitivo. ¿Cuánto dudará la euforia? El primer rescate, acordado en mayo de 2010, fue considerado por muchos como muerto desde su mismo nacimiento, un intento irrealista por resolver la crisis de deuda de Grecia, sin abordar los graves problemas subyacentes. Las dudas sobre el acuerdo no hicieron nada sino contagiar a otras débiles economías de la zona euro, poniendo en peligro a la unión monetaria por completo. Ahora aquí estamos, casi 2 años más tarde, frente a este segundo acuerdo que está plagado de muchos de los mismos defectos y errores que el primero. Esto significa que este último rescate puede no ser una solución real a la crisis de la deuda griega, sino más bien un nuevo parche a la crisis inmediata mientras se posponen las decisiones más difíciles para una fecha posterior.
El primer fallo importante del plan de rescate es que no es lo suficientemente profundo como para asegurar que Grecia podrá controlar y administrar su voluminosa deuda. La restructuración se propone reducir el nivel de deuda del país al sólo el 120% del PIB para el 2020. Eso es un gran salto desde el actual 160%. Perro sigue siendo demasiado alta -al nivel de la Italia actual-. Eso, en el mejor de los casos. Recientemente se filtró una evaluación del FMI que calculaba que en 2020, Grecia podría terminar con el mismo nivel de deuda que tienen hoy. Por lo tanto,continuarán las dudas acerca de la capacidad de Grecia para pagar sus obligaciones en el futuro.
La razón por la que la carga de la deuda de Grecia es tan difícil de reducir es que su economía se está hundiendo. Las medidas de austeridad y otras reformas exigidas por la zona euro a cambio de su dinero de rescate están causando que la economía griega se contraiga fuertemente -un 7% en 2011-. Más recortes presupuestarios impuestos por este segundo plan de rescate -otros US$ 4,4 mil millones en recortes fueron aprobados por el Parlamento de Grecia la semana pasada- sólo causan más daño a la economía que seguirá contrayéndose. Las nuevas reformas incluyen una reducción en el salario mínimo y despidos masivos en el sector público, limitando la demanda local y socavando las perspectivas de crecimiento. Así que Grecia acaba como un perro que se come la cola. El cumplimiento de objetivos de déficit y la reducción de la deuda se vuelven mucho más difíciles cuando la economía se está contrayendo. La austeridad en el corazón del programa de rescate de la zona euro, por lo tanto, está acabando con las posibilidades del programa de rescate para resolver la crisis de deuda.
Además, este segundo plan de rescate también presupone que los políticos griegos mantendrán su compromiso con las reformas prometidas. Hasta ahora no han respetado el plan establecido y no hay razón para creer que eso vaya a cambiar. Antonis Samaras, el líder del partido Nueva Democracia, que muy probablemente sea el primer ministro tras las elecciones del próximo abril, ya ha planteado la posibilidad de renegociar los términos del rescatefinanciero. Los ministros de finanzas de la zona euro tienen tan poca fe en la capacidad del Gobierno griego de implementar la reforma que han adoptado medidas especiales para forzar la mano. La zona euro mantendrá una misión permanente en Atenas para supervisar los esfuerzos de la reforma, y el gobierno se verá obligado a depositar los pagos de la deuda por anticipado en una cuenta especial antes de que pueda utilizar los fondos de su propio presupuesto. En otras palabras, Grecia está siendo tratada como un niño incapacitado por el resto de Europa.
¿Es todo esto sostenible? Probablemente no. La deuda de Grecia seguirá siendo muy alta. Los intentos del gobierno por imponer la reforma seguirán chocando con la feroz resistencia del pueblo. La economía griega, y los medios de vida de la población griega, continuarán deteriorándose. Si a esto se le añade el impacto de la restructuración de la deuda -imponiéndole importantes pérdidas a los inversores privados-, Grecia puede no ser capaz de volver a refinanciarse por un tiempo bastante largo. Esto plantea la posibilidad de que haya que pensar en un tercer rescate… o volver a coquetear con el default.
Y si uno piensa que los 2 primeros rescates ya superan el 100% del PIB de Grecia, las opciones se estrechan aún más. Para Grecia. Y para Europa toda.
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