La agencia de medición de riesgo Standard & Poor's (S&P) cumplió con su amenaza, al realizar este viernes una masiva rebaja en las calificaciones crediticias de nueve países de la zona euro, despojando a Francia y Austria de su máxima nota 'AAA'. Entre los estados afectados se encuentra España, cuya calificación fue recortada en dos escalones (desde 'AA-' a 'A').
En una medida que podría complicar los esfuerzos para resolver la crisis del bloque, que se arrastra ya por dos años, S&P anunció también la rebaja en un escalón de la calificación de la deuda de Malta, Eslovaquia y Eslovenia, y la degradación en dos escalones de la nota de Italia -desde 'A' a 'BBB+'-, Portugal -desde 'BBB-' a 'BB'-, lo que la sitúa en el grado denominado como 'bono basura', y Chipre.
Con esta decisión S&P concluye el proceso de revisión para una posible rebaja iniciado el pasado mes de diciembre. "Las acciones de hoy son fruto de nuestra creencia de que las iniciativas políticas tomadas por los líderes europeos en las últimas semanas pueden ser insuficientes para atajar totalmente el estrés sistemático en la zona euro", informaron desde la agencia de calificación.
España "toma nota"
El Gobierno español aseguró que "toma nota" de la decisión de S&P y subrayó que su objetivo sigue siendo “potenciar el crecimiento para que esta situación revierta en un futuro próximo".
Según el Ministerio de Economía y Competitividad, es "una herencia del pasado, igual que otras" y "la política económica está comprometida con el equilibrio presupuestario y con las reformas estructurales".
Se trata de la cuarta ocasión en que S&P rebaja la calificación crediticia de España en los últimos tres años.
Francia: No es una catástrofe
Al confirmar la noticia, el ministro francés de Economía, François Baroin, destacó que su país recibió la comunicación de S&P "al igual que otros países europeos". Para Baroin se trata de una decisión esperada y que "no representa una catástrofe"."Es como un alumno que pasa de la matrícula de honor al sobresaliente. Tenemos una buena nota, no es una buena noticia, hubiéramos preferido no tenerla", confesó.
La decisión de S&P "confronta al Gobierno en la necesidad de mantener las reformas", indicó Baroin, quien reveló que la agencia pide a los países "estabilizar la zona euro en su gobernanza". Además, puso el ejemplo de EE. UU., cuya deuda fue degradada un escalón el pasado verano por la misma agencia.
Al mismo tiempo, el ministro descartó un nuevo plan de austeridad porque "lo que había que hacer en ese punto ya se ha hecho" en los dos programas anteriores presentados por su Gobierno.
Italia: Es un ataque a Europa
Los analistas italianos, por su parte, aseguran que se trata de "un ataque a Europa", y confiesan que la bajada en dos escalones de la nota era "inesperada", teniendo en cuenta los esfuerzos realizados por el Gobierno técnico de Mario Monti, quien había presentado en el Parlamento un plan de ajuste por valor de más de 30.000 millones de euros que fue aprobado posteriormente.
Se trata del primer caso en la historia italiana en el que la calificación de su deuda baja a la clase 'B'.
Amistad que no funciona
El escritor y analista Juan Domingo Sánchez opina que la rebaja de los ‘ratings’ de los principales países de la eurozona se debe a su incapacidad de ayudar a los estados con mayores problemas económicos.
El analista subraya que en este momento hay problemas estructurales que se están manifestando y que han traído “como consecuencia una enorme fragilización de la posición de los estados europeos” respecto de los agentes financieros.
“El fondo europeo de estabilidad financiera verá también automáticamente su nota degradada al verse degradada la nota de uno de los principales estados europeos. Quiere decir, que la capacidad de financiación del conjunto de la economía europea, y de los propios estados, va a verse fuertemente limitada igual que la capacidad que tenga la UE de socorrer a los estados que se encuentran en mayores dificultades”, destaca el experto.
Actualmente, Europa está viviendo una profunda crisis financieraque afecta sobre todo a países como Grecia, Portugal, España e Italia, donde sus respectivos gobiernos están aplicando medidas de austeridad para controlar el déficit presupuestario. La bajada de la calificación crediticia supone que los países afectados están obligados a pagar tasas de interés más altas a los inversores a cambio de sus emisiones de deuda soberana.
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